Desde la experiencia personal onírica y mágica asociada al culto a María Lionza, el texto reflexiona sobre el estudio del pasado y la representación de personas y hechos pretéritos por grupos sociales e individuos, sólo en parte conocidas por la onomástica nacionalista y reelaboradas en la cotidianidad de cada fabulador popular. Los relatos sobre el pasado permiten definir el horizonte de las representaciones grupales y, en una sociedad estratificada, versiones hegemónicas y subalternas se relacionan con el poder. El culto a María Lionza permite estudiar las formas de construcción oral del pasado a través de rituales específicos. Compuesto por creencias unidas a la memoria histórica nacionalista, ha sido visto como rasgo identitario del pueblo venezolano, incluyendo su uso político a través de figuras jerárquicas (Guaicaipuro, Negro Felipe, Simón Bolívar y José Gregorio Hernández) en las cortes mayores o menores (india, negra, libertadora, africana, celestial, vikinga, chamarrera, calé, médica, malandra, estudiantil, de Don Juanes, etc.). Al fin, para cambiar el futuro es necesario cambiar el presente, pero, para cambiar el presente, es necesario cambiar el pasado.
Parting from the magical experiences associated with the María Lionza cult, the author examines the studying of the past and the way it is represented by social groups and individuals, with special reference to aspects not always incorporated into the nationalist iconography, but permanently re-elaborated by a popular oral tradition. Tales about the past can identify the characteristics of group representations and, in a stratified society, hegemonic and subordinate versions associated with power relations. In order to change the future, the present must also be changed but, in order to change the present, it is also necessary to change the past.